Cuerdas de Escalada
Las cuerdas de escalada son unos elementos primordiales en cualquier tipo de ascensión. Estamos ante el objeto más relevante para el alpinista y es el eslabón de unión entre los diferentes componentes de la cordada. Para realizar una escalada es imprescindible disponer de una cuerda que se adapte 100% a las características del terreno, de modo que evitemos incurrir en peligros innecesarios.
Características principales
Por la trascendencia de la cuerda de alpinismo en las actividades relacionadas con la escalada se deben exigir unos componentes que den la máxima seguridad en todo caso. Los factores más importantes para destacar la calidad de la cuerda son el tratamiento contra las aristas, impermeabilidad, peso unitario por metro, resistencia al rozamiento, textura de la cuerda, diámetro interior de nudo de la cuerda... Todo esto será fundamental para determinar el precio de la cuerda, por lo que para comprar una cuerda barata para escalar podríamos arriesgarnos a perder fuerza de sujeción, ocasionando un mayor peligro para nuestras ascensiones.
Los requisitos básicos que deben reunir las cuerdas son determinantes para su buen funcionamiento. Dependiendo del uso que se les dé a las cuerdas se dividen en cuerdas dinámicas, auxiliares y estáticas.
Las cuerdas dinámicas son las cuerdas que impiden la caída libre de un practicante de alpinismo reduciendo la fuerza de choque resultante. Así la cuerda en simple es la cuerda dinámica que por sí sola posibilita detener la caída de un montañero por la cadena de seguridad. La cuerda en doble es la cuerda dinámica que, empleada con otra similar, detiene la caída de un alpinista a través de la cadena. Hay que destacar que no es necesario pasar las dos cuerdas por el mismo seguro intermedio.
Cuerdas dinámicas
Cuerda simple: tienen un diámetro de entre 9,4 y 11 mm. No muy pesadas. Buena relación entre peso, durabilidad y seguridad. Recomendadas para escalada en roca de gran dificultad y escasa exposición.
Cuerda doble: tienen un diámetro entre 8,1 y 9,1 mm. Se han de utilizar conjuntamente para garantizar una firmeza adecuada. Al utilizar dos cuerdas a la vez proporciona una mayor seguridad durante las subidas arriesgadas, haciendo posible una bajada rápida en rápel si las circunstancias lo requieren. Se les puede poner mosquetones por separado o a ambas, si los puntos de anclaje se encuentran relativamente cerca, así lograremos un rozamiento mínimo.
Cuerdas gemelas: tienen un diámetro entre 7,8 y 8 mm. Son una variación de la anterior. Su particularidad está en que han de ser pasadas juntas por el mismo mosquetón. Muy ligeras y manejables, con una duración más baja; no recomendadas para alpinistas de más de 75 Kg. Su utilización todavía no es muy frecuente, debido a que se han introducido hace muy poco en el mundo de la escalada
Las cuerdas auxiliares son de las dinámicas pero de varios diámetros entre 4 a 8 milímetros. No deben usarse como cuerdas de escalada. También destacan las cintas planas.
Las cuerdas estáticas se utilizadan como cuerdas fijas, y cuerdas secundarias en big wall, espeleología y descenso de cañones, donde es mejor utilizar cuerdas más fuertes y de mínima elasticidad.
Para ser más precisos, son cuerdas de baja elasticidad, ya que estiran alrededor de un dos por ciento bajo el peso del cuerpo. Pueden emplearse para asegurar con la cuerda por arriba, aunque no se recomienda ya que el escalador y los anclajes soportan tensión de más. Ahora que existen cuerdas de larga durabilidad y con baja fuerza de choque para rocódromos, no es necesario utilizar una cuerda estática para top-rope.
Cuidados para su conservación
Las cuerdas deben guardarse siempre secas y sin bucles ni torsiones de ningún tipo. Está considerada como elemento clave de la seguridad la cuerda. Además, debe darse la máxima importancia a su conservación y su uso adecuado.
Hay que protegerla de las piedras, evitar los rozamientos sobre elementos cortantes o aristas de la roca, que esté separada del muro…
Cuando se termine su uso para el rápel hay que retirar el descensor para evitar quemaduras. El secado de la cuerda no debería hacerse en un lugar de calor intenso ni directamente al sol. La cuerda deberá ser retirada del uso al cabo de un tiempo, aunque presente buen aspecto. La vida media de una cuerda suele ser cinco años, siempre que hayan estado correctamente conservadas. Independientemente del tiempo de empleo de la cuerda, debe ser eliminada cuando se hayan realizado 5000 metros de escalada, tanto de ascenso como de descenso.
Plegar y desplegar la cuerda
Desenrollado de una cuerda nueva: Una vez comprada una cuerda nueva, no se debe desenrollar estirando de cualquier forma de uno de los extremos, ya que se crearan de treinta a cuarenta rizos en la cuerda. Si se desenrolla vuelta por vuelta, como si deshiciéramos un ovillo, la cuerda se conservara su estado inicial.
Plegado de una cuerda: El método más utilizado para enrollar una cuerda en un gran lazo que puede colgarse sobre el hombro introduce rizos en la cuerda. La técnica de mariposa no riza la cuerda y es mucho más rápida si empiezas con los dos cabos en la mano y las llevas hacia el centro. El inconveniente es que tienes que agrupar bien la cuerda antes de comenzar a escalar. Si empiezas la mariposa desde un solo extremo, estará preparada para escalar en cuanto es desenrollada.
Longitud adecuada
Para la escalada alpina en roca y en hielo se aconseja una longitud de cuerda aproximada de 50-55 m, ya que en muchas vías los largos suelen tener habitualmente esta medida. Para la escalada de glaciares la longitud de la cuerda ha de ser de aproximadamente 50 m, para de poder tener una reserva de cuerda en caso de organizar un rescate de emergencia de una grieta.
En escalada deportiva entre 60-65 m suele ser la medida más utilizada, pues te permite llegar con mayor fiabilidad desde un descuelgue hasta el suelo.