Análisis del Shelby Mustang 1000
Sin dudas es fascinante el mundo de las velocidades. Y cada día las firmas automovilísticas se retan unas a otras para conseguir el único fin de obtener el coche más raudo y a la vez más potente del universo.
Ford, una de las marcas más prestigiosas del globo terráqueo, apuesta nuevamente por su Mustang Shelby y le agrega ahora unos 1200 CV para simplemente dejar a todos con la boca abierta. Esta carrera por superar los 1000 CV viene desde hace algunos años, llegando en 2012 a los 1100 CV.
Claro está que este monstruo ha tenido que ser reforzado hasta el tuétano con escape nuevo, así como con pistones, culata y bielas, añadiendo además un compresor volumétrico específico. El chasis de este coche ha gozado de un reforzamiento considerable para soportar el enorme compromiso de tantos caballos de fuerza.
El eje trasero mantiene su rigidez y ante tanta potencia Shelbi ha instalado una nueva suspensión. Discos de más fuerza y tamaño sustituyen los anteriores frenos y con un sistema de refrigeración propio es capaz de ofrecer una capacidad de frenado “cuatro veces mayor” que el sistema original.
Por supuesto, la caja de cambios manual de seis relaciones también ha sido reforzada.
Desde el punto de vista estético el esmero de la firma norteamericana ha sido grande, tratando de mantener el estilo del GT500 de base. De exclusiva se pudiera clasificar esta edición de Shelby, ya que tan solo, según trascendió en el Salón de Nueva York, se producirán una cien unidades en este año, las que se cotizarán con un precio de partida de unos 200.000 dólares.
Nada, que la exclusividad tiene su norma y este súper deportivo con sus grandes prestaciones merece el alto precio, aunque para muchos resulte un lujo que se quedará en el capricho de algún adinerado amante de los coches.
