Cómo lograr una conducción más eficiente
Aún en tiempos de nuevas tecnologías hay muchos coches que por su bajo precio poseen altos niveles de consumo. Incluso hay otros que están en la línea correcta, pero que no permanecen acordes al nivel adquisitivo de su propietario.
Precisamente en tiempos de crisis es necesario que los conductores no sólo aprieten sus bolsillos, sino que además aprieten sus neuronas y generen conciencia de que mediante acciones propias se puede lograr una conducción más eficiente.
No hay que ser un experto al volante para saber que revisar el nivel de aceite del coche es uno de los primeros pasos. Igualmente, es muy necesario estar en conocimiento de las instrucciones de mantenimiento de su coche. Así, se le podrá realizar una revisión periódica al motor y se le cambiará el aceite.
Al menos una vez al mes es necesario revisar la presión de los neumáticos, ya que con gomas con una presión inferior a la marcada por el fabricante puede aumentar el consumo hasta en un 4%. En caso de que el maletero o los asientos traseros tengan pesos innecesarios, es mejor retirarlos, ya que de esta manera se aliviará el motor y menos carburante consumirá.
Si usted es de los que aman las velocidades, debe cerrar las ventanas y retirar el portaequipajes cuando lo lleve vacío, puesto que así se reduce la resistencia al aire y se puede disminuir el consumo de carburante y las emisiones de CO2 hasta en un 10%. Igualmente, el aire acondicionado debe usarse sólo cuando sea necesario, porque éste aumenta el consumo de carburante y las emisiones de CO2 hasta en un 5%.
La marcha debe iniciarse nada más encienda el motor y este debe apagarse cuando esté detenido durante más de un minuto. Conducir moderadamente es otra esencia para ahorrar, pues cada vez que aceleramos bruscamente el motor consume más carburante y produce más CO2.
Predecir los cambios del tráfico, para así evitar frenazos bruscos y apoyarse sobre todo en marchas largas, que son las que menos carburante consumen son otras de las prioridades. Y claro, no puede obviarse la posibilidad de compartir coche para ir a trabajar o durante su tiempo libre. A veces dos integrantes de la misma familia poseen autos y deciden los dos acudir al mismo lugar en sus respectivos coches, sin darse cuenta ambos del ahorro que equivaldría compartir y economizar recursos.